La Guardia Civil utiliza dispositivos más dinámicos frente a los avisos al móvil.
«La probabilidad de sufrir un accidente de tráfico se multiplica por tres después de haber ingerido 60 gramos de alcohol (equivalente a seis quintos de cerveza o tres cubatas) en las seis horas precedentes». La conclusión pertenece a uno de los primeros informes sobre mortalidad y lesiones elaborados por la Delegación del Plan Nacional sobre Drogas. En Galicia, cada fin de semana decenas de conductores entran en ese perfil de probabilidades y, por lo tanto, representan un riesgo claro para el conjunto de la circulación. Las autoridades buscan que la vigilancia sea más eficaz, que consiga apartar de la carretera al mayor número de conductores ebrios. Así son los nuevos controles en Galicia.
Las redes sociales. La eficacia de los controles de alcoholemia se estaba viendo mermada por la entrada en escena de las redes sociales y los mensajes a través de WhatsApp. Los conductores se avisan de la ubicación de los controles, incluso antes de que se ponga en funcionamiento. La madrugada del sábado en Melide, la Guardia Civil de Tráfico empezaba a señalizar un dispositivo cuando un agente comprobaba que el control ya estaba en Internet, estabaquemado.
Menos tiempo. Para contrarrestar los avisos de ubicación de los controles, la Guardia Civil de Tráfico de Galicia se ha marcado una nueva estrategia. Los controles en la carretera duran menos tiempo, entre media hora y tres cuartos, en cada punto de verificación de alcoholemia. Transcurrido ese tiempo, el control se traslada a otro lugar, a otra carretera, pero en la misma zona. Son los controles exprés y cualquier conductor puede ser sometido a la prueba, que es obligatoria. Negarse a hacerla es un delito.
Coches camuflados. El control estático con amplia señalización y varios coches patrulla se combina con vehículos camuflados que se encargan de vigilar las carreteras próximas para evitar que sean utilizadas como alternativa por conductores alertados por mensajes al móvil. Esos coches son una especie de patrullas volantes que en los últimos fines de semana han interceptado a un buen número de los infractores por alcoholemia detectados en Galicia.
En pistas y caminos vecinales. Como sucedió en las carreteras de la comarca de Barbanza hace unas semanas, la madrugada del sábado los agentes cerraron las carreteras en torno a un objetivo, el núcleo de Melide, conocida zona de marcha nocturna. La vigilancia policial a cargo de unos treinta agentes de los destacamentos de A Coruña, Santiago y Ferrol, al mando del capitán Jesús del Río, jefe del subsector provincial, se extendió a las carreteras N-547, AC-840, CP-4602-CP-4603 y CP-4604. El control de la Guardia Civil de Tráfico llegó incluso a las pistas y caminos vecinales en las que fueron sorprendidos varios conductores que intentaban evitar el control y que después dieron positivo.
Más de 40 positivos. En el control de Melide, entre las cuatro y media de la madrugada y las diez y media de la mañana, aproximadamente, la Guardia Civil de Tráfico detectó 44 positivos, que superaron la tasa de alcohol permitida. En seis de los casos la tasa detectada fue muy elevada y los infractores dieron un positivo por encima de 0,60 miligramos, lo que supone un delito y serán juzgados en un juicio rápido en las próximas horas por un presunto delito contra la seguridad del tráfico.
«Solo bebí cuatro cubatas». En ese grupo de conductores que cometieron un posible delito se encuentra un conductor que trataba de explicarle a un agente que no estaba tan mal para conducir: «Solo bebí cuatro cubatas», le dijo al guardia civil ante los micrófonos del programa Informe en V, que el próximo sábado día 12 a las 22 horas emitirá un programa sobrede seguridad vial titulado «Salir de la curva».
En cualquier momento. Uno de los objetivos de este tipo de controles dinámicos es lograr que los conductores tengan la convicción de que pueden ser parados por una patrulla en cualquier momento del día o de la noche y en cualquier carretera para ser sometido a un control de alcoholemia.
En zonas de marcha. Dispositivos especiales como el de Melide se repetirán en el entorno de zonas de marcha nocturna en las que se prevea que puede haber consumo de alcohol por parte de conductores. La vigilancia se extenderá también a las proximidades de las localidades en fiesta.
Menos consumo al volante. El objetivo final de este tipo de controles policiales «es reducir el número de conductores que salen a la carretera tras haber bebido más alcohol del permitido para conducir», explica un agente experto en este tipo de dispositivos.
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